Las Redes Sociales Son Sanguijuelas de Valor

Nota: Esto fue escrito el jueves 1 de septiembre de 2022 pero nunca se publicó anteriormente.

Conforme pasa el tiempo, se vuelve más claro cómo operan la mayoría de las redes sociales. Primero afirman que son un espacio abierto para que todos se comuniquen, se conecten, participen en discursos y mejoren la sociedad.

Después de que la base de usuarios aumenta hasta el punto de que se convierten en un agregador de contenido de alto tráfico, comienzan a deshacerse de los usuarios para que el contenido ahí siga solo un cierto tipo de narrativa, usualmente dictada por los valores actualmente promovidos de su país de origen o, en los tiempos recientes, los valores que las directivas reveladas o no reveladas de esas compañías deciden imponer en la base de usuarios de la plataforma, incluso si van en contra de los patrones de comportamiento de la mayoría de la población.

Hemos llegado al fascismo tecnocrático. Algunos de nosotros siempre consideramos la posibilidad de que eso sucediera. Cuando le das tanto poder sin contrapesos a un grupo reducido de personas, ellos como individuos o como grupo terminarán abusando de él.

Ese poder ha convertido a muchas de estas redes sociales en sanguijuelas de su base de usuarios. Chupando sus datos, sus relaciones y su contenido hasta que ya no les son útiles. Nunca ha habido ninguno de estos agregadores de contenido que haya proporcionado a los usuarios alguna ayuda para crear mejor contenido. Facebook o YouTube nunca han creado cursos enfocados en cinematografía, diseño de sonido e ingeniería, nunca han apoyado ni puesto a disposición herramientas de edición y procesamiento para sus usuarios.

Son sanguijuelas de lo que otras compañías hacen en esos ámbitos para llenar sus sitios con contenido y luego cobrarles a sus usuarios por anunciar ese contenido en la misma plataforma o cobrarles a terceros por promover sus productos sobre el contenido de sus usuarios, a veces contaminando y compitiendo con la publicación original.

Esto tiene que parar. No está creando ningún bien para la mayoría. Solo está beneficiando a los dueños de estas plataformas. Internet no puede depender del contenido apoyado por anuncios. Necesitamos encontrar otras formas. No solo una, sino varias formas para que tengamos ecosistemas saludables de creadores, espectadores, usuarios, editores y patrocinadores.